@YamiletPinto@YamiletPinto – Domingo 19/06/2022

La dinámica de vida de las adolescentes se ve impactada por el desarrollo biopsicosocial que atraviesan y con él, los cambios físicos, mentales y emocionales que comprenden. Aunado a ello, el anhelo de independencia, libertad y encuentro consigo mismas. Esto hace que no sea fácil ser adolescente. Se requieren recursos internos y externos, especialmente de parte de la familia, para sobrellevar exitosamente este camino de transformación, que en muchos casos lleva consigo una estela de sufrimiento interno.

Una de las maneras en que este sufrimiento se manifiesta, es a través de enfermedades mentales y/o físicas que alteran el bienestar propio y de quienes le rodean, siendo una de ellas los Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos, entre las que se encuentran:

Ambas con serias consecuencias psicofisiológicas, sociales, familiares y académicas.

Factores predisponentes a los Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos

Para el DSM-5, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en su Quinta edición del año 2013, los Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos, se caracterizan por una Alteración persistente en la alimentación o en el comportamiento relacionado con la alimentación que lleva a una alteración en el consumo o en la absorción de los alimentos y que causa un deterioro significativo de la salud física o del funcionamiento psicosocial.

Esta psicopatología es multifactorial. En su génesis están involucrados factores:

Familias que actúan como Factor de riesgo o de Protección

Superar los Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos no es algo que ocurre de la noche a la mañana, es una tarea que lleva tiempo, que requiere del apoyo y participación de la familia y de un equipo multidisciplinario y cohesionado de médicos, nutricionistas y psicólogos, cuyo principal objetivo es dar la mejor calidad de vida al paciente, superar la adversidad, el peso adecuado, según edad y sexo, la independencia emocional y seguridad en sí misma (o).

No se trata sólo de si se tiene miedo al peso o a la figura corporal, se trata de sanar interiormente cualquier distorsión mental y emocional que se tenga, producto de una interacción familiar disfuncional.

Algunos de los factores de riesgo que profundizan los cuadros de Bulimia o Anorexia, tan comunes en estos tiempos, especialmente en adolescentes del sexo femenino, son:

Estos y otros factores agudizan las crisis y permanencia de los Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos. Sin embargo, la historia es distinta cuando en lugar de ser un factor de riesgo, la familia se convierte en un factor de protección, que ofrece seguridad y confianza, ayuda a mejorar el funcionamiento familiar y recuperar la estabilidad emocional, tanto del paciente como de los integrantes de la familia:

No es un problema con la comida, es un problema psicoemocional que necesita ser atendido integralmente, con amor, profesionalismo, paciencia y mucha compasión.

@Yamilet Pinto

Psicóloga

Coach de vida

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