@YamiletPinto@YamiletPinto – Domingo 07/08/2022

A lo largo de nuestra vida vivimos experiencias que, inconscientemente, marcan nuestra percepción de las cosas y por ende nuestro estado emocional y nuestras conductas. Nadie nace amargado, nadie nace tóxico ni infeliz. La amargura, la tristeza y la rabia se van gestando con el tiempo, con los resentimientos, el dolor y la injusticia.

Una persona amargada, desde su conducta disfuncional, está pidiendo ayuda, está mostrando sus más profundas heridas, su baja autoestima, su desgarrador dolor y sufrimiento interno. Necesitan comprensión y decisión para sanar.

A veces son otros y otras tantas veces somos nosotros mismos quienes les hacemos la vida imposible a quienes nos rodean, les tratamos y hablamos mal, vivimos en permanente conflicto y pesimismo sin saber por qué, atrapados en las telarañas del sufrimiento y rencor interno.

Transformar la amargura en una vida plena de felicidad y bienestar, nos da la oportunidad de crear una vida diferente, sumergidos en un estado consciente de paz, alegría, gratitud, optimismo y esperanza que, sin duda, fortalece todas nuestras dimensiones: mental, emocional, física y espiritual y contribuimos a la felicidad y bienestar de quienes nos rodean.

Conocer la raíz de la amargura es clave para erradicarla

Si imaginamos nuestro nacimiento ¿Cómo es? ¿Nuestra carita tiene rasgos de amargura? ¿Hay tristeza, rabia, frustración, decepción u odio en nuestro rostro? Definitivamente no. La amargura se gesta en la infancia, se acentúa en la adolescencia y se manifiesta más claramente en la adultez.

Las principales causas psicológicas de este estado emocional son las heridas de la infancia, como: el abandono, el rechazo, la traición, la humillación y la injusticia. Un niño que se siente abandonado o rechazado, lleva consigo un resentimiento contra sus padres y siente que han sido injustos con él. Su rabia crece cuando en la adolescencia empieza a sufrir de bullying, maltratos psicológicos y físicos. Se siente humillado y traicionado por sus pares, su tribu, sus amigos, lo que hace que su rabia crezca aún más, su decepción, frustración e ira empiezan a sumergirlo en un estado emocional negativo, cuyas características principales son:

Sin duda estas amargas conductas, se convierten en una amenaza a la tranquilidad, bienestar y felicidad de la persona, su familia, su entorno social y laboral. Aumentado además la probabilidad de desarrollar enfermedades que afecten su salud mental, emocional, espiritual y física.

¿Quieres salir de este estado emocional?

Del camino de la amargura al estado de paz y dicha interior

Aun cuando alguien haya estado en esta emoción tan limitante, su vida puede cambiar. Si eres quien está actuando de esta manera y te estás dando cuenta ahora, en tu soledad e intimidad, puedes girar y hacer un cambio radical:

Si vives con alguien que tiene estas conductas:

Y mantén siempre presente que el estado más plácido de la vida es la paz interior, cultívala y decídete a no cederla por otros.

@Yamilet Pinto
Psicologa
Coach de vida

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